«La crítica no debe ser constructiva, debe ser destructiva. No sé si lo he conseguido, pero en la novela [Lectura Fácil] no quiero proponer reformas, todo lo contrario, quiero destruir lo que existe.»

«¿Cómo surge la idea de centrar la novela en cuatro discapacitadas que viven en un piso tutelado?

Nace de una imagen en este lugar de la Barceloneta, en la fuente Carmen Amaya. Se relata una escena en la novela en la cual se está haciendo una fiesta de fin de curso de un taller de danza. Fui a este espectáculo. Estando entre el público vi en un balcón a unas mujeres que lo observaban con otra calidad de atención, pues los espectadores eran muy sumisos […] Estas mujeres que observaban desde arriba comentaban lo que veían, se gritaban entre ellas y discutían. Trasladaron mi atención. Me parecieron fascinantes y un modelo de público insumiso. Y esta insumisión surgía de una lejanía de la normalización en la que estábamos sumidos.»

«Son cuatro y supongo que uno de tus retos fue individualizar cada una a partir del estilo.

Ese fue el desafío más grande. No quería renunciar a las cuatro voces, en primer lugar porque me parecía empobrecer la novela si generaba cuatro personajes planos. Bolaño los tiene, todos hablan igual y no le resta calidad, pero me interesaba que no se expresaran igual. No tengo la pericia de Bolaño y además no quería caer en meter en el mismo saco a las cuatro discapacitadas por serlo, era una cuestión de matiz y color, todas ellas ven el mundo diferente y viven su opresión distintamente.»

«Y tú resucitas un credo que hasta a la misma izquierda le resulta incómodo.

No lo llamaría credo. Me pongo del lado del fanzine que se pregunta qué es la ideología. Desde un sentido marxista clásico ideología es lo que tiene el poder, ideología es la justificación retórica de las condiciones de dominación. Por eso no lo llamaría credo, pero creo que la novela quiere recuperar un modo de construir pensamiento colectivo que no es vertical.»

«En algunos momentos parece que ellos caigan en clásicos de la izquierda contemporánea, la protección a las minorías, pero entienden que deben ir a bloque y actuar.

¿Merece la pena la unidad de acción? Si alguien que lea la entrevista se encuentra por Barcelona un fanzine que se llama Contra la unidad de acción se lo recomiendo encarecidamente. Es un fanzine escrito desde el movimiento anarquista y crítico con la tendencia a buscar la unidad porque significa expulsar dentro del radical al más radical. Dicen no nos debe interesar la unidad tradicional de los demócratas.»

Fragmentos de una entrevista en El Confidencial (9/12/2018)

Guía de escucha conceptual:

  • Sobre la literatura como espacio de pensamiento político, de apertura de posibles, de vindicación de la singularidad frente a formas hegemónicas de subjetivación o corporeidad, hay detrás de sus palabras un pensamiento en y para una vida en diversidad…
  • Eso se hace sin determinar los registros experienciales en que deben aparecer la diversidad: se muestran siempre en una pluralidad de lenguajes, una variabilidad de voces – la diversidad trae una una poesía, un modo de expresión, una semiótica plural
  • El punto más complejo de la presentación y del libro: la accesibilidad universal o la lectura fácil como asimilacionismo infantil, como acesso a la hegemonía y al sometimiento, como negación del deseo y la afirmación de querer ser otrxs
  • Transmite con ello una propuesta, con la garra y la rabia de quienes han sido desplazadxs a la indiferencia y el desdén de la culpa del depender. Un camino a explorar, una línea de indagación: cómo articular, conceptual y políticamente, formas de vida en las que llegar a compartir o hacer en común sólo pueda partir desde la singularidad de cada quien. Una idea que puede parecer radical, pero que lo es no sólo porque se exprese con ética anarcopunk, sino porque invierte o da vuelta a los modos en que solemos pensar estas cuestiones, de raíz, aventándolos para abrir una grieta donde se cuelen otras vidas posibles…